La Universidad de Harvard nos presenta una serie de estrategias para mejorar nuestra vida sexual. ¿Quieres saber cuáles son? Pues en este artículo te las presentamos.
Mejorar la vida sexual es posible, igual que hacerlo en cualquier otra faceta.Quizá hayas tenido dificultades en tus relaciones íntimas y tal vez hayas pensado que serían así para siempre, quizás has pensado que no están mal, pudiendo ser mejores. Para buscar estrategias que nos ayuden en este sentido hoy viajamos hasta la Universidad de Harvard.
La monotonía, la costumbre, el tedio, el aburrimiento, la falta de sorpresa… Todos estos factores contribuyen a que el acto sexual termine por convertirse en rutina. Así, por la falta de novedad, atención o ideas, las relaciones sexuales puede terminar siendo una actividad tan apasionante como fregar los platos, limpiar la casa o preparar la cena.
Infórmate
En la actualidad disponemos de una gran cantidad de recursos; casi de tantos, que la verdadera dificultad es filtrarlos. Para mejorar la vida sexual un primer paso puede ser la selección de información valiosa: descartar aquello que nos sirve de aquello que no nos sirve. ¿Cómo? Pues podemos utilizar la misma estrategia que empleamos, por ejemplo con la tecnología: probando.
Como ejercicio de pareja podéis hablar sobre estas posibilidades. Piensa que el diálogo también puede ser un estímulo muy excitante. De alguna manera, pensemos en la comunicación como en el colchón de la pareja.
La lubricación condiciona la satisfacción
Si eres mujer y te encuentras en la transición a la menopausia, puede que hayas notado una falta de lubricación natural. Pues bien, identificado el problema, existe la posibilidad de utilizar geles lubricantes.
Igual que cuando perdemos visión nos ponemos gafas. Estamos dispuestos a pagar el precio por tener una buena vista. ¿Por qué no introducir un lubricante si lo necesitamos? La cuestión es evitar que aparezca el dolor o las molestias, potenciales enemigos de la excitación.
La habilidad de acariciar
Existe una técnica en psicología llamada focalización sensorial. Esta técnica se utiliza en distintas disfunciones sexuales. Por ejemplo, se utiliza para disminuir la ansiedad asociada al contacto íntimo.
Se trata de tocarse, acariciarse, pero sin presión. Se prohíbe el contacto con los genitales en las primeras fases. A medida que se va cogiendo confianza y la ansiedad empieza a disminuir, se va restaurando la libertad de movimientos. El objetivo es llegar a tener una relación sexual completa placentera.
Por otro lado, nuestro cuerpo está lleno de terminaciones nerviosas y casi cualquier zona de nuestra piel pude convertirse en una zona erógena. Lo que marca la diferencia será, además del número de terminaciones nerviosas, es la habilidad que tengamos para estimularla.
Intenta relajarte
Hay gente que se pone nerviosa antes de mantener relaciones sexuales. Cierto grado de nerviosismo es normal, incluso saludable. Sin embargo, cuando la ansiedad es muy intensa, sus efectos negativos no tardan en aparecer.
Cuando nos sentimos ansiosos ante una relación íntima puede que la abandonemos más pronto que tarde. Cuando nos sentimos ansiosos liberamos una serie de hormonas y neurotransmisores que son incompatibles con el placer, la excitación, la lubricación, la erección, etc. Por eso es importante aprender a relajarse en estas situaciones.
Existen muchas técnicas de desactivación fisiológica o relajación. Una de ellas es la respiración diafragmática. Se trata de respirar de forma lenta y profunda, activando el diafragma. Esto se consigue mediante la respiración abdominal, en contraposición a la respiración torácica.
También podemos emplear ejercicios de visualización, decirnos frases tranquilizadoras o practicar la relajación muscular progresiva de Jacobson. Es cuestión de encontrar la que mejor te funcione a ti. Consulta con un psicólogo para que te enseñe a relajarte.
Prueba posturas diferentes para mejorar la vida sexual
En la sexualidad es muy importante tener imaginación, ya sea la propia o la de otros (información: primera estrategia). ¿Por qué? Pues para no ser predecibles, para poder sorprender al otro, para no perder esa sensación tan excitante de llegar a un lugar por primera vez o la grata de volver a otro que hace mucho que no visitas.
Las estadísticas señalan que un 80% del sexo tiene lugar en nuestro cerebro. Limitarnos a ese 20% puramente físico nos hará quemar calorías, pero nos privará del resto de dimensiones de la sexualidad.
Por eso es bueno ir variando lugares y posturas. ¿Quién no ha oído hablar alguna vez del Kamasutra? En este libro encontraréis muchas posturas. Como decíamos antes, se trata de probar: la sexualidad es en buena medida un juego.
Como vemos, existen varias estrategias que podemos hacer para mejorar la vida sexual. Y para terminar… añadimos la actitud. La disposición y el interés por querer mejorar. Lo que hemos dicho de nada sirve si su recorrido termina en este párrafo. Ahora hay que ponerse en marcha. ¿Por qué no probar?
Si además tienes dudas de cómo hablar de este tema en familia no dudes en contactarme:
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