Más allá de los conceptos de belleza interna o externa, de tallas, apariencias o estereotipos, la belleza ha sido asociada siempre a un observador (es decir, a alguien externo). Además, se ha permeado por las creencias familiares, del entorno y las experiencias que cada persona posee.
Es tan importante este concepto en la vida, que puede incluso definir cómo te tratas y permites que te traten. Por ello, es necesario que revises constantemente tu concepto de belleza y que éste te integre holísticamente (mente-cuerpo-emociones).
A continuación encontrarás un ejercicio enfocado en la belleza del cuerpo físico. ¿Por qué se enfoca en la belleza física y no en la belleza en general? Porque la imagen que tienes de tu cuerpo en el espejo es una relación que tienes todos los días.
En esta primera parte, necesitarás pluma y papel. Puede que pienses que si tienes que escribir algo será una labor tediosa, pero piensa que escribirlo te permitirá pasarlo del inconsciente al consciente para transformarlo.
Busca un lugar cómodo y, antes de iniciar, realiza algunas respiraciones largas y profundas.
Para empezar, reflexiona sobre esto: El concepto de belleza que tengo, ¿es mío o está permeado por las ideas de otros (familia, amigos, pareja, etcétera)?
Divide tu hoja en tres secciones: Ideas o frases / Origen / Afirmación.
Haz una lista de todas esas frases que rondan continuamente en tu mente acerca de tu cuerpo y piensa en boca de quién las has escuchado. Primero llena las secciones de ideas o frases y del origen de donde provienen.
Ejemplo:
Frases: “Unas piernas lindas no tienen celulitis”.
Origen: Amigas y revistas.
Para hacer la lista, no te olvides observar cada parte de tu cuerpo físico. Es importante que no temas ser sincero al escribir. No se trata de juzgarte o juzgar a los demás, sino de revisar los cimientos sobre los cuales construyes tu día a día.
Una vez que está la lista con su origen, elabora una afirmación que sustituya a estas frases no funcionales. Dichas afirmaciones deben ser oraciones sencillas.
En el caso del ejemplo usado más arriba, la afirmación podría ser algo así: “Mis piernas son lindas, ya que pueden llevarme a donde quiera”.
Una vez terminadas tus afirmaciones, guarda la hoja en un lugar donde la tengas siempre a la mano, pues las repetirás diario antes de dormir durante 21 días. Cada día irás más profundo en tu psique: ¡te sorprenderá lo que puedes descubrir que piensas de ti!
La mayoría de las veces, la incomodidad que sientes con tu cuerpo no nace de ti, sino de las experiencias a lo largo de tu vida y de lo que otros han dicho que debes ser y has tomado como cierto. La realidad es que pocas veces te cuestionas si esa creencia te nutre o te aleja de amarte plena y conscientemente.
Recuerda que cuestionarte las ideas que tienes sobre ti mismo es necesario para crecer y amarte más, y es algo que es importante hacer cada día. ¡Sé tú quien te define!
Aunque haya días en los que te cueste más trabajo hacerlo, es importante que te tomes unos minutos cada noche para tu bienestar. Considera que todo lo que haces antes de dormir tiene un gran impacto en tu estado emocional del día siguiente.
Así que si ya has trabajado con tus afirmaciones durante algunos días, es momento de pasar a la siguiente actividad.
¿Cómo reconozco la belleza en mí?
¿Recuerdas los lentes de colores que se pusieron de moda hace algunos años? Para esta actividad necesitas conseguir unos de esos lentes con micas de colores o papel celofán de tres distintos colores. Y también necesitas un espejo, de preferencia de cuerpo completo.
Coloca el papel celofán frente al espejo como si fuera una tela, o bien, ponte los lentes de colores. Si usas lentes, también puedes poner círculos de papel celofán sobre los cristales. La idea es que el color de lo que ves en el espejo cambie.
De pie frente al espejo, cierra los ojos, respira larga y profundamente, y hazte esta pregunta en voz alta, tres veces: “¿Cómo reconozco la belleza en mí?”.
Lentamente, abre tus ojos. Empieza por mirar tus pies, sigue con tus piernas, sube hacia tu torso, abdomen y pecho, hasta llegar hasta tu rostro y finalmente a los ojos.
Mírate con curiosidad y procura evitar los juicios. Hazlo como si fuera la primera vez que te miras. Observa la textura de tu piel, su tono, incluso puedes hacer ligeros movimientos para hacer consciente qué aporta cada parte de tu cuerpo a nivel funcional en tu vida.
A diferencia del primer ejercicio, lo más recomendable para éste es realizarlo 3 días seguidos y repetirlo 3 meses después, igual con 3 días consecutivos. Te sorprenderá el poder su sencillez y los resultados que te brinda.
Es importante que destines por lo menos 3 minutos a este ejercicio con cada color de lentes o papel, para después aumentar a 5 minutos el segundo día y terminar con 7 minutos el tercero, con alarma programada.
Incluso puedes destinar 1 día para una sola sección de tu cuerpo. Por lo general, hay ciertas partes que son difíciles de aceptar. ¡Dedícale una sesión a esa parte de tu cuerpo y aprende a aceptarla y amarla!
Pocas veces te miras como realmente eres; amarte es la suma de pequeños actos diarios que te conectan con la belleza de la aceptación auténtica y real.
Este ejercicio te permite conectar de manera sencilla y divertida con tu cuerpo, despertar a tu niño interno, y le permite a tu cerebro entender que es necesario generar una nueva percepción. ¡Disfrútalo!
Si además tienes dudas de cómo hablar de este tema en familia no dudes en contactarme:
adrianagp.psicsex@t-integra.com
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