Lactancia
- Adriana González Piña
- 3 ago 2020
- 2 Min. de lectura

Del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, con la finalidad de fomentar esta práctica. La lactancia es importante en los recién nacidos ya que proporciona los diferentes nutrientes que se necesitan, por lo que la OMS (Organización Mundial de la Salud) la recomienda como modo exclusivo de alimentación durante los primeros seis meses de vida de una persona.
La relación que tiene una madre con el recién nacido también se beneficia de la cercanía física que se genera mediante la lactancia, ya que el bebé no es consciente de lo que pasa a su alrededor y necesita sentirse seguro con la presencia física continua de su madre. Al sostener al bebé con seguridad en sus brazos y amamantarlo, se experimenta una sensación de continuidad de una vida antes y después del nacimiento. Al verla a los ojos, su bebé comprende que es amado y protegido y que ella está ahí para proveer sus necesidades a medida que se adapta al nuevo mundo.
La lactancia materna requiere tiempo, paciencia y práctica; de hecho, puede ser una de las cosas que exigen más esfuerzo y a su vez una de las experiencias más gratificantes de la maternidad. Durante los primeros días posteriores al nacimiento del bebé, el cuerpo de la madre fabricará calostro, el cual es una especie de anticipo de la leche o "leche de prueba", rico en nutrientes que estimulan el sistema inmunitario y ayudan a combatir las infecciones.
En algunas mujeres el calostro es espeso y amarillento, mientras que en otras es más líquido y acuoso. El calostro fluye desde el pezón muy lentamente para que el bebé aprenda a mamar, lo cual requiere coordinar las conductas de succionar, respirar y deglutir; posteriormente, la madre empezará a notar que sus senos son más firmes y duros, signo de que su producción de leche aumenta, al mismo tiempo que se vuelve más blanca y cremosa, situación que varía de una mujer a otra.
La lactancia también libera hormonas en el cuerpo que promueven los comportamientos maternos. Este lazo emocional es tan vital como el beneficio nutritivo que tanto la madre y el hijo reciben, sin olvidar el vínculo de crecimiento entre ambos, el cual jugará un rol importante en el desarrollo del bebé durante los siguientes años.
Con un poco de paciencia y algo de práctica, la lactancia materna resultará más fácil. Sin embargo, si existen problemas al momento de la producción de leche o el deseo de darle pecho al bebé no está presente, existen muchas alternativas para alimentarlo sin que la mamá se sienta presionada a lo largo del proceso.
Recuerda visitar a un especialista para aclarar las dudas relacionados con tu bebé. No estás sola. Conócete, cuidate, pero sobre todo ámate... si tienes preguntas sobre cómo mejorar tu vida, puedes contáctame al 2226634888.
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